Las colas interminables, el barullo en las librerÃas, la gente petarda que anda como si la calle fuera suya -disciplina mundialmente conocida como body block-, los vendedores de rosas moribundas, propaganda polÃtica encubierta...
Lo cierto es que lo pasé genial cuando fui a Sant Jordi el año pasado, una mezcla maravillosa entre la compañÃa y el ambiente sobrecargado de literatura. Incluso la espera en la firma de Punset fue divertida, sobre todo porque se parecÃa más a un concierto. Solo faltaba Punset levantando las manos como un heavy y gritando: ¡buenos dÃas, Barcelona! Y seguirle los demás a coro. Pero no. Todo fue horriblemente civilizado. Y asÃ, claro, tengo sentimientos encontrados. Será porque odio las aglomeraciones, el ruido y cualquier forma de vida humana molesta. También me desesperan los ‘lectores por un dÃa’, que son los que encabezan estas largas colas. Se ojean el ranking, leen un par de sinopsis y se llevan el libro de moda. Ah, y exigen su descuento del 10%, porque si no, ¡ay si no! Pobres libreros. Mis condolencias desde aquÃ.
Sin embargo…, sin embargo… No puedo evitar contagiarme de la euforia. ¡Me alegro tanto de que existan los libros! ¡Soy tan feliz! Asà que hoy puedo perdonar cualquier agobio porque es el DÃa del Libro, y de alguna manera, todos somos libros porque estamos hechos de historias.
Lo cierto es que lo pasé genial cuando fui a Sant Jordi el año pasado, una mezcla maravillosa entre la compañÃa y el ambiente sobrecargado de literatura. Incluso la espera en la firma de Punset fue divertida, sobre todo porque se parecÃa más a un concierto. Solo faltaba Punset levantando las manos como un heavy y gritando: ¡buenos dÃas, Barcelona! Y seguirle los demás a coro. Pero no. Todo fue horriblemente civilizado. Y asÃ, claro, tengo sentimientos encontrados. Será porque odio las aglomeraciones, el ruido y cualquier forma de vida humana molesta. También me desesperan los ‘lectores por un dÃa’, que son los que encabezan estas largas colas. Se ojean el ranking, leen un par de sinopsis y se llevan el libro de moda. Ah, y exigen su descuento del 10%, porque si no, ¡ay si no! Pobres libreros. Mis condolencias desde aquÃ.
Sin embargo…, sin embargo… No puedo evitar contagiarme de la euforia. ¡Me alegro tanto de que existan los libros! ¡Soy tan feliz! Asà que hoy puedo perdonar cualquier agobio porque es el DÃa del Libro, y de alguna manera, todos somos libros porque estamos hechos de historias.