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1. Poner punto y final a la novela. Parece obvio, pero no es la primera vez que alguien intenta que corrija una novela inacabada. Ignoro si hay correctores que trabajan capÃtulo por capÃtulo a medida que el autor escribe, pero dirÃa que antes de dar por hecho una u otra metodologÃa, es preciso acotar sus pautas. Cada maestrillo tiene su librillo, dice mi madre. Las cosas claras y el chocolate espeso. Etcétera.
2. Releer el manuscrito una o dos veces. "Y... ¡fin! ¡Enviando al corrector, a las editoriales y a mi abuelito para que la lea!" Solo tu abuelito la leerá con cariño. Las editoriales tardarán eones en contestar, si es que lo hacen, y no pasarán de las primeras diez páginas. En cuanto al corrector, le molestarÃa mucho comprobar que lo que le han enviado es un borrador. Ni siquiera una primera versión, ¡un borrador! Es una proto-versión del producto final. No creerÃais la de erratas tontas que el mismo escritor puede eliminar en la lectura. Eso nos agiliza el trabajo y permite que nos dediquemos a la novela en profundidad casi desde el principio.
3. El corrector no es un editor. Entiendo que pueden parecer profesiones entrelazadas por eso de que el editor se ahorra el sueldo del corrector cargando con su trabajo -y luego pasa lo que pasa-, pero no es asÃ. Un corrector no tiene por qué daros una opinión de vuestra novela, ni aseguraros un feedback, al menos no en el sentido estricto de comunicación constante. Personalmente, no estoy acostumbrada. Hago un cierto asesoramiento simultáneo mediante la caja de comentarios -esta escena pasa muy rápido, aquà falta chicha...-, pero no es imprescindible. El 'coaching' es propio del editor. Si este también es corrector ya no lo sé, pero habrÃa que ver el porqué de esa fusión.
4. Acordar previamente las cláusulas. El formato, el tipo de corrección, la forma de trabajar, los plazos y cualquier peculiaridad que merezca la pena saber. A mà no me importa recibir emails kilométricos si con ellos tengo claras mis herramientas para empezar.
5. Confiar en el otro. Es un asunto peliagudo. Sobre todo para los escritores sin editorial, que quieren autoeditarse o simplemente tener una novela bien pulida y preparada para la acción, buscar un buen corrector puede ser complicado. Hay estafadores en todas las profesiones, personas que os venderán humo transformado en una corrección de mierda, o incluso quienes podrÃan intentar utilizar inapropiadamente vuestro manuscrito. Ante cualquier búsqueda yo siempre recomiendo pagar la profesionalidad. No obstante, un corrector principiante puede ser buenÃsimo desde el principio. A lo que me refiero es que no intenten daros gato por liebre. Buscad garantÃas de su trabajo, referencias, contrato, tarifas... En su forma de expresarse veréis si hay profesionalidad. Al menos es lo que me gusta pensar. Sabréis que habéis encontrado a un buen corrector cuando podáis dejar vuestra novela en sus manos sin miedo a nada. Como si se fuera a un campamento de inglés. Volverá más resabida que nunca.
6. Corregir es un trabajo remunerado. Nada más que añadir aquÃ.
Si hay alguna duda, no dudéis en comentarlo. :3